¡RRRING!
Levanto el tubo. Se me enreda el cable tirabuzón y tardo en llevarme el auricular a la oreja. Cuando lo acerco oigo que ya están hablando tranquilamente. Primero pienso que quien me llamó está conversando con alguien mientras espera que yo le conteste. No. Es una "puta cinta" como le dicen en España. Una grabación: "... factura impaga de Telefónica de Argentina. Comuníquese con ####-#### para regularizar..."
Deseo haber dejado que mi contestador grabara esos números. Ya los olvidé. Olvidé el fijo y el 0800.
Marco el 112.
Me atiende una puta cinta que me cuenta cómo realizar muchos trámites que ni me interesan: "Para realizarse un implante mamario y pagarlo a través de su factura telefónica, presione 5138008 (¡ja! ¿entendiste?)"
Luego de las ochomil opciones innecesarias, aprendo que el 5 es para atención personalizada.
"Piribiri biribí, biribí, biribí. Piribiri biribí biribí-ri."
Mientras dura la infinita Para Elisa, me meto en la página de Telefónica. Una de las opciones es "chat offline." ¿¡chat OFFLINE!? Cliqueo, curioso. No funciona el botón. Vaya sorpresa. Pero en la barra del costado hay un ícono de "chat." Lo toco. Sale un popup ¡GRR! en una nueva ventana. Chiquitita. Nueve centímetros cuadrados en mi monitor. La agrando sin esperar a ver qué contiene. Queda vacía, salvo por un banner de publicidad arriba de todo, que dice (adiviná) "¡Use nuestro chat!" No sé si me molesta más lo estúpido de interferir en un servicio para dar propagandas del mismo servicio (¿te suena? ¿canales de cable?) o el hecho de que el chat no funciona. Está en blanco. Le doy al banner, total yo quiero chatear. Sale (adiviná) otro popup. También chiquito pero más verticalmente alargado. Con más pinta de chat que va a funcionar. Ponga opcionalmente su nombre y email. Cliqueo continuar sin poner una goma. Sale un ventanuco donde yo escribiría. En la columna donde iría la charla, un cartel: "Espere mientras lo conectamos con nuestro servicio al cliente." Todo esto lo hago no para chatear con alguien. Lo hago por dos motivos. Porque en la oreja tengo "piribiri biribí, biribí, biribí" y mi cerebro no puede hacer algo más elaborado, y para ver si me pasan con una persona o con un robot tan espantosamente mal programado como el mentiroso "chat" del banco Santander Rio. Pruébenlo. Es vergonzoso. Lo venden como "chat con nuestros representantes" y tiene el siguiente algoritmo:
while (true) {
sendMessage( "Cuénteme su problema" );
resp = waitForResponse();
sendMessage( "¿Se fijó en los foros?" );
}
No es un error que "resp" no se use para nada. No mío al menos.
Diverjo. Vuelvo a Telefónica.
Al momento de llegar a ese punto con el chat, me atiende un representante. No. No fue tan rápido. No les estoy contando que hice todo el trámite para obtener la factura digital y recuperar mi contraseña olvidada en el interín. Bueno. Viene el representante. Antes de que me atienda, la puta cinta me cuenta que me harán una encuesta de satisfacción sobre la atención del representante. Maldición. El pibe al final un capo. Yo quería quejarme de todo menos del representante.
La charla fue veloz:
—Hola. Me llamaron. Deuda. Es mentira.
—A ver... sé paciente que tenemos una demora en el sistema.
—Oíme, hermano. ¿Creés que alguna vez en tu vida llegaste a escucharle la voz a alguien que no fuera paciente?
Se ríe.
—¿Me puede decir la fecha en la que pagó?
Ahora la demora la tengo yo. Rebusco en mis comprobantes digitales.
—Tal día
—Ah, sí. Está todo bien. Lo llamaron antes de que se actualizara el sistema. Antes de terminar, quería ofrecerle el servicio Speedy Doctor. Cualquier problema que tengas con tu computadora te sale más o menos dosci...
—No me interesa
—Ah, bueno. Chau.
Y vino la encuesta de mierda. Una señora parcimoniosa que me introduce (por tercera vez) al tema de la encuesta, con frases largas y pronunciadas lentamente. También me enseña cómo contestar. En lugar de decir "uno para sí, dos para no" dice "Por favor, use el teclado de su teléfono para responder a las preguntas; por ejemplo, usando el número uno para responder positivamente y el númer...". Ahí toqué el uno para que se dejara de hablar. Volvió a comenzar, incluyendo la introducción a la encuesta. ¡¡FFFUUU!!1
Terminó con algo de "...trabajando para su comodidad." Hijos de puta.
Ahora, como estoy sin nada que hacer, creo que en lugar de seguir viendo House MD, voy a usar la tarde en quejarme del servicio de atención.