Pasaron años sin que yo tuviera problemas con Speedy.
Últimamente se cae cada dos por tres.
Quizás es que ahora lo uso durante el día y antes estaba en la oficina. Igual he oido de mucha gente que tiene problemitas con internet estos días.
Hoy llamé para quejarme y se dio esta charla.
(la sintetizo lo más que puedo para no aburrir)
—Te comunicaste con Speedy ${puta_cinta_con_propaganda_y_opciones_de_mierda}
Por suerte la factura dice que para servicio técnico hay que elegir la opción cero, así que lo apreté sin esperar.
—Hola, habla Lucas, ${saludo_de_manual}
—Hola Lucas, te llamo porque no me anda Speedy.
Lucas me pide muchos datos sobre la línea, mi familia, estado de salud y otras yerbas para protegerme del eventual escenario en que un impostor llamara haciéndose pasar por mí para pedir que me arreglen la conexión.
—¿Qué modem tenés?
—Tal y cual.
—¿Qué versión de Windows tenés?
—No tengo Windows. Estoy usando un Ubuntu.
¡AHHHHHHHHH! ¡¡¡EL HORROR!!! Su corazón pierde un pulso, imágenes de su vida entera pasan enfrente de sus ojos y la lengua se le vuelve un poco seca como el pavo que le pide Homero Simpson a la pata de mono.
—Un momento que te tengo que transferir.
Nota: El defecto no tenía nada que ver con la versión de sistema operativo pero no tuve tiempo de comentárselo. Me atiende un tipo con voz de grossso de la vida y la computación.
—Hola estás hablando con Hernán.
—Hola Hernán. ${resumen_de_situación}
—¿Qué modem tenés?
—Tal y cual.
—¿Cómo están las luces?
—(de memoria) Las dos que son power y red local, cuyos simbolitos no recuerdo, están prendidas en verde permanente. La que tiene la arrobita que significa internet, está apagada, luego titila en verde, luego en verde/ambar y nunca queda verde permanente como debería, sino que vuelve a apagarse.
Nota: Esa luz se llama "Internet" o "la de la arrobita" o también "la culpa la tienen ustedes, hijos de puta".
—No deberían haberte pasado conmigo.
—Lo sé. Se asustaron cuando dije que no tengo Windows.
—Si... esos pibes escuchan linux y te pasan conmigo directamente. A ver... apagá el modem.
—Listo.
—A ver, encendelo.
—Listo.
Se embarca en un monólogo sobre que no estoy en zona con problemas, ni tengo problemas de sincronismo, etc. Luego pregunta por la conexión.
—¿Vos tenés un filtrito que tiene dos bocas, una con un telefonito y una con una computadorita? Fijate que el teléfono esté en la que tiene el teléfono y que el modem conecte con la boca de la computadorita.
—No. Cuando me hicieron la conexión inicial, el pibe sacó el cable que va al modem directo de la caja en la pared. El teléfono sí está a través del filtro, y conectado a "la boca del telefonito".
—Ah, eso podría ser un problema porque ${explicación_de_división_de_frecuencias}. Por favor, conectá el modem a la boca de la computadorita.
—Quizás no me expliqué bien. No tengo un conector de ficha americana en el cable del modem. Está atornillado directamente el par de cobre a algún borne dentro de la pared.
—Ah. Entonces deberías ir a una ferretería y pedir que te den un RJ45. ${explica_funcionamiento_de_pinza_para_armar_conectores}.
—¡...!
—Es bastante barato.
– No sé si quiero tocar la instalación que hicieron ustedes. ¿Qué pasa si luego no funciona?
—Bueno... a ver, te resetié los puertos acá de nuestro lado.
La conexión comienza a funcionar y veo que el while : ; do ping www.google.com; sleep 5; done empieza a tirar hermosas IPs en mi monitor.
—Ahí empezó a funcionar.
—Sí. Te resetié los puertos. Si tenés más problemas, llamanos de nuevo. No dejes que te pasen conmigo y pediles a ellos que te expliquen los procedimientos. Por ejemplo si se te corta justo cuando usás el teléfono, entonces habría que poner bien los filtros.
—No es eso. El teléfono no lo uso casi nunca. De hecho lo uso únicamente para quejarme con ustedes cuando internet no anda.
—¿Tenés alguna otra consulta?
—No. Muchas gracias por todo, Hernán.
—${saludo_de_manual}
—Buen día para vos también.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
domingo, 15 de mayo de 2011
Informe de dominio
Hace rato vengo queriendo hacer los trámites para vender mi auto.
Esta vez fui a sacar el "Informe de dominio".
Averigüé cómo es el trámite por internet. Buscar el Registro Seccional de Radicación más cercano al domicilio que te interesa.
La dirección era Rodríguez Peña 126–40 P. (sic.)
No entendí bien. ¿Es del 126 al 140? ¿Qué es la P? ¿"Planta baja"?
Abajo decía "llamar para averiguar horario". Llamé y me cansé de llamar. Nada.
El viernes pasado fui a la mañana. Pasé antes de entrar en mi oficina porque estaba seguro de que el Registro Seccional de Radicación cerraría temprano. Los lugares que tienen nombres largos con mayúsculas en cada palabra en general cierran temprano.
Rodríguez Peña 126 es una entrada de edificio sin ningún cartel oficial. Yo estaba buscando el "Registro Seccional de Radicación". Seguí de largo.
Rodríguez Peña al 140 es una oficina toda vidriada con un escritorio directamente en la puerta de entrada. No tiene carteles visibles afuera. Entré. Adentro sí tiene un cartel de algo de medicina y suficientemente brillante y limpio como para descartarlo como agencia oficial. Dos rubias charlaban a sendos lados del mostrador. Pregunté a la que estaba de adentro:
–Eh... ya sé que no tengo que venir acá, pero te pregunto: Busco el Registro Seccional de Radicación para un informe de dominio... ¿Sabés dónde es?
–No. Acá no es– información que yo ya tenía.
La rubia de afuera dijo: –Muchas veces preguntan... pero no es por acá, creo que se mudaron.
Fui entonces al 126. Entré al edificio. Vi un cartel con nombres de oficina. El 4to piso tiene el Registro Seccional. Me cayó la ficha. Claro. Era Rodríguez Peña 126, 4º piso. En el sitio en que había averiguado, le pusieron una o mayúscula al globito del ordinal.
Subí. Suciedad por doquier y el brillo que brilla por su ausencia. Ahí sí que debía ser el trámite.
Saqué número. Tras de mí lo sacó un flaco con cara de cansancio. Delante de mí una chica con muchísimos papeles, firmas y sellos. Me atacó el miedo de no haber llevado todos los documentos necesarios (en la página de información decía cédula azul o verde).
Se los hago corto: Mi trámite era en el partido de Moreno. Podía ir a Moreno a hacerlo en 24 horas o empezarlo allí mismo, pero duraría 72 horas –y acá te sale un poco más caro– me aclaró la que me atendió.
Pensé tranquilo. Compré caro y lento pero sin viaje a Moreno.
La mina que me atendió atendía a tres personas en simultáneo. Otra atendía al flaco de cara cansada. –Me rebotó esto porque ni yo que estoy comprando el auto ni el vendedor pagamos el leasing y ustedes no me dijeron nada– se quejaba él. La que lo atendía se excusaba y confesó que fue un olvido de ella. El cansado insistió con la queja y ella le describió los detalles de la falla de comunicación: –Mi compañero no me dejó un papelito acá y yo me olvidé de decírtelo.
Yo seguí con mi trámite. Formulario, carbónico (!), firma, sello. Sacamos el carbónico, firma en cada ejemplar. –Dejáme un teléfono acá al costadito– me pidieron. Últimamente siempre dejo el celular.
–Bueno... venite el miércoles más o menos.
–Claro, porque son 72 horas.
–Bueno, bueno... 72 horas más o menos. Puede ser menos, puede ser más. Porque la computación tiene que ir a Moreno y volver y depende de todo eso.
–Ah... ¿puedo llamarte el miércoles a ver si está?
–Mmmm... –silencio– va a ser complicado.
–Bueno está bien. Pasaré el miércoles.
–Perfecto. Hasta luego.
Me tomé el subte para ir a mi oficina. 15 minutos. Bajé. Caminé.
¡RRRRINGGG! (celular)
–Señor, lo llamo del Registro... usted se fue sin pagar.
–¡Uh! Usted nunca me dijo que tenía que pagar.
–Bueno... por favor vuelva y pague.
–Pero tengo que entrar a trabajar... usted debería ser quien me avise que hay que pagar. Usted me dijo "volvé el miércoles".
–Sí, me olvidé, pero tiene que volver a pagar.
–¿Puedo pagar el lunes?.
–No, no puedo tener un trámite sin pagar acá.
–Bueno... entonces empecemos el trámite el lunes cuando le pague.
–No señor, si viene el lunes le voy a tener que cobrar dos veces. Una por hoy y otra por el lunes.
–¡!¿?¡!¿?¡!¿?¡!¿? ¿No puede poner el formulario sobre un estante, y cuando yo aparezco el lunes jugamos a que es la primera vez que voy?
–¡No, señor, no es así!
¡Click!
Me colgó el teléfono.
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